miércoles, 15 de mayo de 2013

10 mitos de las empresas familiares


Existen muchos mitos en torno a los negocios familiares, y la cuestión es que hasta que no se vive o no se conoce más de cerca es difícil saber qué es realidad y qué no.

Trabajar juntos refuerza la relación, permite llevarse mejor. Puede ser que algunas familias se sientan mejor si trabajan juntos, pero los problemas se multiplican porque a los problemas familiares les hay que sumar los problemas laborales, y como no hay separación o cierto distanciamiento pueden surgir más conflictos o peleas. Lo cierto es que ni todas las empresas familiares refuerzan su relación ni todas tienen más conflictos, hay de todo.
Es una buena oportunidad para dar empleo a toda la familia. Es cierto que si se necesita personal, antes que contratar a uno de fuera es mejor contratar a uno de dentro, pero por mucho que se quiera contratar a toda la familia los ingresos no se van a estirar. Que trabajen más personas  no quiere decir que haya más ingresos, y en ciertos casos es mejor que parte de la familia trabaje fuera para conseguir más ingresos, un negocio familiar no es garantía de ingresos seguros (y mucho menos para todos).
Es fácil separar los asuntos de familia y los de empresa. Lo cierto es que es sumamente complicado, mucho más cuando se tiene a una persona en los otros ámbitos. En ocasiones se pueden tomar decisiones empresariales pensando en la familia o viceversa. No es nada fácil separar ámbitos.
Si se tiene una empresa de familia, la única alternativa es trabajar en ella. Esto no es cierto, se puede ayudar siempre que se necesite o no se tenga otra alternativa, incluso se puede trabajar en ella si es lo que se quiere, pero aunque haya malos momentos económicos fuera debe haber varias oportunidades laborales que pasan por no trabajar para la familia.
Este tipo de empresas ofrece un ambiente amigable y cálido. Esto es algo que depende mucho de cada empresa, ya que sí podemos ver muchos de estos negocios en los que nos tratan con una sonrisa y un buen clima, pero también depende de las personas que componen la familia. Si una persona está constantemente de mal humor, no va a cambiar en la empresa (y mucho más en una empresa familiar) y te atenderá con el mal humor que le caracteriza. Si una persona es educada lo hará con educación, si es mal educada puedes esperar de todo.
Las empresas familiares van bien siempre porque tienen experiencia. Si es cierto que la experiencia es un grado también hay que saber planificar, tener estrategias, saber lo que es mejor para la empresa e incluso innovar. Muchas empresas fracasan por priorizar el ámbito familiar al profesional, por dejar llevarse más por el corazón o los impulsos que por la razón.
Dejar la empresa a los hijos es el mejor regalo que se le puede hacer. Muchos hijos están deseando poder heredar y gestionar la empresa de la familia, pero para muchos otros supone una obligación porque tienen otras aspiraciones o sueños en la vida. Antes que pensar en jubilarse para ofrecer la empresa a los hijos hay que pensar si realmente la quieren, y si no es así con mucha pena hay que pensar en darle otra salida a la empresa. Puede doler mucho en casos como empresas que llevan siendo gestionadas por varias generaciones, pero a veces renunciar es el mejor regalo para algunos hijos (que no para todos).
No es necesario poner nada por escrito ya que hay confianza, y además si se pide todo por escrito es porque “no me quieres” o “no confías” en mí. En los negocios, haya confianza o no, hay que dejarlo todo por escrito. Es lo más seguro e idóneo, y con ello se puede demostrar todo. No dejar por escrito no sólo es un gran error, sino que además puede llevar a varios conflictos, especialmente cuando uno piensa que se ha dicho una cosa y otro afirma que es lo contrario.
Este tipo de empresas son pequeñas. Este es uno de los principales mitos que circulan, pero la realidad es bien distinta. Si a primera vista encontramos empresas pequeñas que son gestionadas por la familia, si miramos más hacia delante o nos paramos a pensar veremos que hay muchas medianas y grandes empresas que han surgido desde el ámbito familiar. Piensa…
Las empresas familiares no tienden a profesionalizarse ni hacen nada más que su trabajo. Muchas personas piensan que por ser familiares no hacen ni un plan de empresa, ni distinguen su misión, visión y valores, ni piensan en objetivos ni se forman ni buscan asesores externos, pero lo cierto es que muchas familias sí se preocupan de todos los aspectos para su negocio, e incluso lo hacen mucho más que otras empresas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario