Existen muchas técnicas, métodos, acciones que permiten motivar a los empleados. No es necesario aplicarlas a la vez ni aplicarlas todas, sino que la empresa debe conocer las necesidades del trabajador, sus propias necesidades y actuar en consecuencia, sabiendo que los recursos humanos son un valor muy importante que se debe cuidar, y por tanto se debe diseñar una estrategia de motivación laboral adecuada a cada trabajador.
Existen varias técnicas de motivación laboral que debe conocer la empresa, y si bien es cierto que ya hemos comentado en otras ocasiones como motivar a los empleados también lo es que existen muchas técnicas para motivar a los empleados.
Una de las mejores técnicas de motivación es la propia automotivación de los trabajadores que va a depender de su propia autoestima y la actitud del trabajador. Esto es algo en lo que la empresa, y sobre todo los superiores directos, puede trabajar para conseguir una mayor motivación del trabajador, mediante halagos y teniendo en cuenta la opinión del trabajador.
La adecuación de la persona con el puesto de trabajo. La motivación de los empleados empieza desde el momento mismo de la contratación, en que se debe encontrar la mejor persona para desarrollar el puesto de trabajo y una persona que se vaya a encontrar bien dentro del puesto, con todas las condiciones y necesidades de la empresa y del propio trabajador, de manera que al estar en el puesto que quiere aumentará la motivación. Por supuesto, una vez que se contrata se debe motivar mediante una buena acogida por parte de jefes y otros empleados, de manera que se empiece a sentir parte de la empresa y se integre lo antes posible.
El dinero como factor motivador. El dinero es un factor que motiva a los trabajadores, y hay que tenerlo muy en cuenta también si se trabaja por objetivos. El trabajador tiene sus propias necesidades individuales, familiares y de otros tipos. Una forma de mantener al trabajador motivado es llenando esas necesidades. Al tener el trabajador unas necesidades básicas y unas secundarias, si no se cubren las necesidades básicas de poco sirve que se busque motivación con las secundarias.
Las expectativas. El trabajador tiene sus propias expectativas, y esto es un factor que se puede trabajar con respecto a la motivación. De hecho, el modelo de expectativas indica que los individuos, como seres razonables y pensantes, tienen creencias y expectativas con respecto al futuro, por lo que para analizar la motivación se necesita conocer lo que las personas buscan de la empresa y cómo se le puede ofrecer.
La participación del empleado. Si el empleado participa en el control de sus tareas podrá sentirse con más confianza y también se encuentra que forma parte de la empresa. No se debe vigilar demasiado al empleado, sino que debe permitirle que se desarrolle solo dentro de lo que sea posible.
Variación de tareas. En muchas ocasiones las tareas suelen ser las mismas y pueden hacer que el trabajador llegue a aburrirse. Si se le da más variedad y responsabilidad en las tareas que realice se puede conseguir que encuentre más valor a su trabajo.
El establecimiento de objetivos. Es una buena técnica para motivar a los empleados, ya que se establecen objetivos que se deben desarrollar en un período del tiempo, tras el cual el trabajador se sentirá satisfecho de haber cumplido estos objetivos y retos, y mucho más si la empresa además ofrece un premio por estos objetivos. Deben ser objetivos medibles, que ofrezcan un desafío al trabajador pero también viables.
Reconocimiento del trabajo. Es una de las técnicas que, aunque muchas empresas no utilizan porque no creen en ella, muy importante y que ofrece un coste cero para la empresa. Decir a un trabajador que está realizando bien su trabajo o mostrarle su satisfacción por ello no sólo no cuesta nada sino que además motiva al trabajador en su puesto ya que se siente útil y valorado.
La formación y desarrollo profesional. Aunque muchos empleados no valoran la formación, a día de hoy cada vez se sienten más motivados por su crecimiento personal y profesional, de manera que favorecer la formación del empleado no es sólo bueno para el rendimiento del empleado sino también para su motivación. El trabajador adquiere más habilidades, más conocimientos y más técnicas que puede realizar dentro de la empresa, que es la que le permitió conocerlos.
Un entorno favorable. Si el trabajador tiene unas buenas condiciones de trabajo y un entorno favorable hace que el empleado trabaje más a gusto.
La recompensa. La relación entre esfuerzo y recompensa ofrece como resultado la motivación en el trabajo, y esto mismo lo demuestra el modelo de Porter y Lawler.
Existen muchas técnicas, métodos, acciones que permiten motivar a los empleados. No es necesario aplicarlas a la vez ni aplicarlas todas, sino que la empresa debe conocer las necesidades del trabajador, sus propias necesidades y actuar en consecuencia, sabiendo que los recursos humanos son un valor muy importante que se debe cuidar, y por tanto se debe diseñar una estrategia de motivación laboral adecuada a cada trabajador.
Aunque hace un tiempo atrás los recursos humanos no eran valorados como parte de la empresa, a día de hoy son conocidos como una parte muy importante de la empresa y de su valor, por lo que la motivación es la mejor estrategia para conseguir el mejor valor de recursos humanos en la empresa.