Probablemente tu día comienza revisando y evaluando la lista de tareas pendientes, de alguna manera u otra pensaste en lo que querías lograr y el cómo hacerlo. Las fiestas de fin de año se acercan y probablemente estas enfocado en asegurar que tu empresa supere las metas de desempeño de fin de año de los empleados. ¿Pero qué sucede si sus empleados no logran alcanzar estas metas? Tal vez sea hora de reconsiderar el por qué se establecieron estas metas en primer lugar.
Planificar para el futuro es tan importante que incluso el mundo de la auto-ayuda ha inventado su propia investigación, el mítico "Yale Study of Goals". Este legendario estudio, relata como el tres por ciento de los graduados de la promoción de 1953 que se fijaron metas claras a sí mismos, terminaron ganando más en el transcurso de sus vidas que el 97 por ciento restante combinado. Desafortunadamente no hay evidencia que respalde la existencia de este estudio.
Sin embargo, todos de alguna manera u otra nos sentimos atraídos a él y deseamos que el estudio sea cierto, ya que el establecimiento de metas suena como un camino fácil y directo al éxito, como lo menciona Forbes.com ‘el poder de las metas en el aumento de rendimiento’. Pero la realidad es distinta, ya que el éxito de la empresa no suele ser tan fácil como una reunión de planificación estratégica a solas. Las metas pueden ser contraproducentes algunas veces, existe evidencia que sugiere que ‘los objetivos pueden hacer más daño que bien’, según un artículo reciente de Fast Company, el verdadero problema es nuestra excesiva fascinación con las metas. Algunas veces nos preocupamos de la planificación a tal punto, que perdemos de vista el aquí y ahora, los objetivos se vuelven peligrosos cuando nos concentramos en el futuro con el riesgo de arruinar el presente.
Recuerde la campaña 29 establecida por la marca General Motors para el cambio de milenio. Los ejecutivos de la sede de GM en Detroit anunciaron un plan para recuperar el 29 por ciento del mercado automovilístico estadounidense. Los ejecutivos senior de GM utilizaban pequeñas insignias de oro en la solapa con el número 29 y dicho mensaje era reforzado en todas partes, tanto en las reuniones sociales como en documentos internos. Esta obsesión se redujo a la bancarrota de GM, anunciada en el Salón del Automóvil de Detroit 2010, y la campaña veintinueve se convirtió en un ejemplo de práctica de fijación de metas que nunca volverían a utilizar.
¿Debemos tomar este ejemplo como una lección para renunciar a los objetivos? La campaña 29 fracasó porque se convirtió en una obsesión que triunfó sobre otras necesidades de la empresa en medio de la recesión económica. La planificación estratégica es la evaluación sobre el panorama general y el desarrollo de cursos de acción para llevar a su empresa y los empleados para el siguiente nivel, pero es también importante valorar los objetivos individuales de rendimiento de los empleados.
Ayúdelos siguiendo estos tres consejos: 1. Tenga en mente el panorama general El recuperar el 29 por ciento del mercado, se convirtió en una campaña de publicidad para impulsar a los consumidores a comprar los productos de GM ya producidos, en lugar de evaluar lo que GM podría hacer de manera diferente. Y ajustar una meta a un número específico convirtió el objetivo en irracional. El haber recuperado el 28% del mercado hubiese sido considerado como una campaña exitosa, pero la campaña del 29 lo habría calificado como un fracaso. Cuando se fija metas, estas deben ser ‘un auténtico desafío: difíciles pero no imposibles’ Piensa acerca de las características que le gustaría que su empresa tenga o habilidades que deseas que los empleados mejoren. Las metas deben servir como un medio de inspiración. 2. Sea específico en los detalles Establezca metas relevantes mediante la evaluación de lo que se puede hacer ahora para alcanzarlos. Fijar una meta implica que algo tendrá que cambiar para ser lograda. Los objetivos pueden servir de inspiración y puede mejorar el rendimiento cuando se asocian con determinadas tareas cotidianas. Los empleados necesitan establecer qué medidas específicas deben efectuar para concretar y convertir su objetivo a largo plazo en una realidad. Es más difícil pensar en lo que necesita de sus empleados sobre una base diaria, que establecer una meta alta. Sin embargo, esto es lo que la gestión eficaz se encarga: revisar regularmente y preguntarse: ‘¿Adónde vamos desde aquí?’ Esto mantiene las metas de los empleados en mente, sin que se desorienten. 3. Permita que la retroalimentación perfeccione las metas Los factores externos promoverán y a veces impedirán los objetivos. ¿Qué sucede si un empleado se enferma o el lanzamiento de un producto falla? Si mantienes la planificación específica en el presente y general para el futuro, será fácil tomar un nuevo curso de acción sin renunciar a sus objetivos finales, objetivos adaptables son metas eficaces. Comuníquese con sus empleados para averiguar lo que funciona, y repélela malos resultados con evaluación continua. Esto le ayudará a alejarse de ‘la consecución de objetivos a costa de arruinar su negocio’, GM no dejó ninguna flexibilidad para sus empleados, con su campaña 29. Recuerde que la redirección es mucho más progresiva y alentadora que el fracaso.
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