Sin dudas que el año 2011 y el que acaba de iniciar son los tiempos más complicados para el euro, moneda del continente europeo que no lograr recuperar poder y que incluso, entre los miembros de la región, es casi un hecho la destrucción de la moneda común.
Países como Alemania y Francia se mantinen firmes en asegurar que sería un grave error permitir que le Eurozona se divida dejando al euro al borde de la desaparición. Sin embargo, otros miembros no analizan un futuro tan complicado retornando a las monedas intranacionales.
Hace horas, el magnate empresario George Soros advirtió que romper la Eurozona significaría desatar la crisis financiera más catastrófica de todas, incluida la del 2008, con lo cual recomendó no sólo continuar con el euro sino que algunos de los países más comprometidos amplíen los ajustes económicos.
Si bien es cierto que el euro y la Eurozona sostienen al sistema financiero internacional, también es cierto que tanto Estados Unidos como Asia y América Latina pueden sostener un escenario global con el fin de una moneda y el nacimiento de un nuevo sistema.
Lo cierto que es de una u otra manera, Europa deberá aguardar varios años para recuperar su economía.
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