Desde hace unos años el mexicano Carlos Slim es el hombre más rico del mundo según la revista Forbes, por delante del mismísimo Bill Gates. La mayor parte de su fortuna la construyó gracias a la empresa de telecomunicaciones Telmex. A continuación vamos a ver algunos consejos suyos para empresarios.
1. Optimismo
Gestionar una empresa es muy difícil, y por eso es tan importante mantener una moral alta. En palabras de Slim, su padre le decía que el optimismo firme y paciente siempre rinde sus frutos. Sin duda un gran consejo para los emprendedores, especialmente cuando se empieza y no se sabe muy bien cuando se notarán los primeros resultados.
2. Austeridad
El hombre más rico del mundo opina que hay que gestionar una empresa siempre con austeridad, incluso en períodos de vacas gordas, porque esto fortalece la compañía, le permite tener más capital, invertir más y por supuesto tener ajustes menos duros cuando vienen las épocas malas. Sin duda es un aviso que les habría venido muy bien a muchos empresarios en España, aquellos que gastaban sin contar justo antes del estallido de la burbuja, y que fueron los primeros en tener que cerrar.
Carlos Slim es conocido por llevar al nivel personal un nivel de vida muy sencillo que hacen bastante más creíbles sus afirmaciones sobre los beneficios de la austeridad.
3. Mejora continua
Otro punto muy importante para el mexicano es la mejora continua de la empresa desde todos los ángulos, tanto para modernizar la empresa, formar a sus empleados, innovar, invertir, simplificar las organizaciones, y en general todo lo que permite tener una empresa más eficiente y más rentable. Es un aspecto fundamental, porque hasta la compañía líder de un sector puede desaparecer si no se adapta, como lo comentamos en otro artículo.
4. Inversión en lo productivo
Slim cree firmemente que hay que reinvertir en la empresa los beneficios generados. Pero esta inversión se tiene que hacer solamente en lo productivo. Por ejemplo, no le parece razonable que una empresa tenga una sede social en un barrio prestigioso y caro, si se puede gestionar perfectamente la actividad desde una oficina en la misma fábrica.
5. Flexibilidad y simplicidad
Finalmente, probablemente el consejo más importante: una empresa, por muy grande que sea, tiene que ser igual de flexible que una pequeña compañía. Por eso tiene que simplificar permanentemente sus procesos, reducir los niveles jerárquicos y tener un proceso de decisión rápido y eficaz.
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