viernes, 25 de noviembre de 2011

Alemania fracasa en su colocación de bonos y descubre que no es inmune a la crisis

Hasta hace poco, los inversionistas se disputaban con ahínco las colocaciones de deuda de Alemania, al ser considerados los instrumentos más sólidos del mercado. Pero ahora también estos bonos han comenzado a dar miedo: de los 6.246 millones de euros que Alemania pensaba colocar hoy, solo tuvo demanda para 3.890 millones de euros (un magro 62%), obligando a dejar el otro 38% para subastas en el mercado secundario, donde el costo de la deuda es más alto, y superior al 1,98% que ostenta oficialmente el gobierno de Berlin. Esto refleja el nervioso entorno que vive el mercado, cuyo resultado es el incremento en los costos financieros de los países. Si algo bueno tiene este hecho, es que Alemania comenzará a sufrir en carne propia el incremento de su presupuesto federal, por el alza que experimentarán sus colocaciones de bonos. Ello le ayudará a comprender parte del drama que viven los países del sur, que establecieron su presupuesto con un costo de 3% sin sospechar que llegaría al 6% en cosa de meses.

Lo de hoy ha sido una señal de advertencia que no se debe menospreciar, y es muy probable que nadie haya anticipado un aumento tan rápido en los costos de la deuda soberana de Alemania. Por la relevancia que tiene este hecho volveré a repetir lo dicho por Jean Claude Juncker y que destaqué en el post anterior:

En Alemania se ha actuado como si el pais no tuviera ningún problema, como si Alemania estuviera libre de deuda mientras los países del sur tienen una deuda excesiva porque son vagos mientras Alemania es la única que trabaja… Pero Alemania tiene una deuda superior a España, y eso aquí nadie quiere saberlo..”

Las palabras de Juncker no pueden más certeras y hoy, con el fiasco de los bonos, es de esperar que Angela Merkel se sacuda su arrogancia y entienda que no es la dueña de la Unión Europea como quiere hacer creer, y como lo demuestran sus actos. Gran parte de la tragedia que hoy vive Europa es producto de su testarudez y porfía y su leenta reacción ante la crisis, culpando y exigiendo a los vecinos sin abordar el problema de raíz. Hace algún tiempo señalé que tarde o temprano se sabría que Alemania se hospeda en el mismo hotel lleno de cucarachas por los abusos de su sistema financiero. A la evidencia de este hecho, debemos agregar ahora la caída en los índices de producción industrial de Europa, de Asia y de Estados Unidos. ¿Y por qué? Bueno, por ese extraño fenómeno que es la caída de la demanda. ¡Si ni siquiera se demandan los bonos de Alemania! La tormenta perfecta se aproxima y ahora Alemania sabe que no está inmune a los ataques. Si lo que mantenía en pié a Roma y París era el gran dique de contención que había construído Berlín, ¿qué pasará ahora cuando ese dique comienza a derrumbarse?

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